- Analizarlas
- Construirlas
- Contextualizarlas
Mediante un experimento en el aula, sólo dos alumnos ven una imagen, la cual tienen que explicar al resto. Comprobamos que una imagen muy sencilla y directa que vemos en unos segundos, da mucho de que hablar.
¿Qué es una imagen?
Una representación de la realidad: dibujo, pintura, escultura, fotografía, vídeo...
La realidad no es una imagen.
La iconicidad de una imagen es el grado de similitud que tiene con la realidad.
¿Para qué sirven las imágenes?
Son un medio de comunicación e información. Nos ayudan a conocer la realidad, a inventar cosas, a demostrar hechos pasados, hacen pensar, decoran...
¿Qué aplicaciones pueden tener las imágenes?
Informativas, persuasivas, comunicativas, simplificadoras, comparativas, decorativas, poéticas, de entretenimiento, científicas...
¿Cómo leer imágenes?
Hemos de tener en cuenta la forma de leer textos según la cultura: en occidente leemos de izquierda a derecha, de igual manera las imágenes. En otras culturas leerán las imágenes en otra dirección, por lo que a la hora de crear imágenes debemos tener en cuenta quién va a leer eso, ya que dependiendo de la cultura de la persona que mire la imagen, puede entenderla de un modo u otro.
Para poder leer una imagen debemos mirarla, pensar en ella, analizarla...
¿Cómo analizar una imagen?
En primer lugar tenemos en cuenta el material: el soporte sobre el que está hecho(pintura, fotografía...), el color, la composición, la textura.
Y la semántica: las palabras.
Cuando miramos una imagen, qué sensaciones y emociones nos produce y por qué.
La profesora plantea una cuestión.
Si mañana se acabase el mundo, y la única manera de salvarme fuese irme yo sola a una isla desierta, ¿qué tres imágenes elegiríamos para llevar con nosotros?
Yo elegiría tres imágenes personales, en las cuales aparezca yo con mi familia, mi perro, mis amigos y mi novio. Tengo poca memoria visual, por lo tanto me gustaría poder recordarlos tal y como son. En una isla desierta no habría personas, algo vital, por lo tanto necesitaría recordar momentos y conversaciones con personas reales.
La conclusión fue que realmente lo que más nos importa son las cosas más sencillas, aquellas que forman nuestro día a día y nos hacen felices.
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