sábado, 28 de mayo de 2016

Escultura social

En los años 70, Joseph Beuys revolucionó el arte sacándolo de los museos, otorgándole un aspecto social y político. Beuys vio en el arte el antídoto para la alienación, como una cura para la sociedad enferma, una medicina para la renovación de la colectividad, ya que emancipa al hombre y le permite autodeterminarse. Entendió al arte, como el origen de todo lo que el hombre produce en cualquier campo de trabajo, por lo que éste adquiere un alcance y una dimensión política en la medida en que abre un espacio público horizontal y habilita las capacidades de mucha gente que, teniendo voluntad expresiva y sensibilidad, no se ven a sí mismos como artistas, ni siquiera como humanos. Para él, todo ser humano es depositario de una fuerza creativa, un potencial y esa fuerza creativa universal se revela a través del trabajo de cualquier tipo, no sólo de aquel que implica las bellas artes o artes tradicionales. 
Las ideas de Beuys, tienen como corolario que todos los seres humanos somos artistas y que dentro de cada individuo reside un potencial creativo donde radica su plenitud y realización. Sólo el hombre que descubre su naturaleza intrínseca, puede definir su función dentro de la sociedad y es a través de sus acciones públicas –políticas– que se moldean las estructuras sociales. Beuys también consideraba que la liberación de las tapiadas energías de espíritu y alma, era la principal condición para el cambio social. El arte está predestinado, como actividad creativa, a reactivar los sentidos, mutilados por un ambiente alienado, ya que puede disolver el aislamiento del individuo haciéndolo pleno dentro de su contexto social.

Para realizar esta actividad nos colocamos formando un círculo, de manera que todos nos vemos la cara. En el medio se colocó un cartón donde se iban apuntando los conceptos.
En primer lugar cada persona pensó tres conceptos que le preocupasen día a día. En la puesta en común había tres conceptos que se repetían: tiempo, dinero y salud, se escribieron en el cartón. Después cada persona debía pensar qué le sugería cada una de estas tres palabras, y escribirlo en el cartón, de manera ordenada.
Después la profesora María Jesús colocó dos objetos cualquiera en el centro: un mechero y un cable. Hicimos una relación de los conceptos tiempo, dinero y salud, con cable y mechero. Cada uno tenía sus propias conexiones, lo cual me pareció lo más interesante del ejercicio, la diversidad de pensamiento.

En esta clase vino Pablo, un antiguo alumno del centro, para presentarnos un espacio alternativo en el que exponer nuestra obra de manera gratuita en Lavapiés: Despliegue.
https://www.youtube.com/watch?v=R-4TAY9VkIE

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